por imape 24 agosto 2020
Han pasado dos semanas desde que el gobierno restableció la restricción de movilidad los días domingo dado los nuevos picos de contagio. A pesar de la orden, hemos sido testigos directa o indirectamente por redes sociales o noticias que un grupo de personas aún se niegan a respetar las restricciones establecidas para ayudar a detener la propagación del coronavirus.
A pesar que el distanciamiento social y las órdenes de quedarse en casa eran obligatorios, hemos visto personas organizando fiestas en casa, compradores que se niegan a respetar el distanciamiento y no aglomerarse en mercados o supermercados, y grupos que se reúnen en parques para celebrar picnics con muy poca distancia entre ellos. Asimismo, al igual que en otras ciudades del mundo, se empieza a percibir una corriente de reclamos hacia los mínimos cuidados a tener a pesar de los consejos de expertos y del propio gobierno quienes indican que las restricciones deben permanecer vigentes para prevenir más infecciones y muertes .
Syon Bhanot, profesor de economía en Swarthmore College, menciona que tales actos de desafío y rebelión podrían explicarse mejor a través del lente de la economía del comportamiento. Los economistas del comportamiento como Bhanot estudian la ciencia de la decisión: qué influye en las personas para tomar ciertas decisiones y cómo las personas racionalizan su participación en la sociedad a través de actividades como votar, manejar sin beber, reciclar, prevenir la contaminación o el distanciamiento social. En otras palabras, acciones que en última instancia pueden hacer mucho para beneficiar al bien común.
Cuando las personas soportan los costos personales, como tomarse el tiempo para votar, recoger basura en la calle, comprar y usar una máscara o pararse a dos metros de distancia para beneficiar a otros, los economistas del comportamiento llaman a esto ‘cooperación’. Pero la gente rara vez cambia su forma de vida sin cierta resistencia, incluso en circunstancias normales. En medio de una pandemia mundial, la resistencia al cambio parece haberse multiplicado. En una entrevista de NextHealth PHL con Bhanot, se tocaron temas como porqué algunas personas eligen ignorar los consejos de expertos, el gobierno y lo que los residentes y otras autoridades pueden hacer para alentar a las personas a adoptar comportamientos que mantengan a todos a salvo de contraer el virus. A continuación, fragmentos traducidos de esta entrevista que ayudarán a tener una nueva perspectiva sobre qué nos sucede como sociedad y a sus individuos a la luz de la reciente tragedia en el distrito de los Olivos.
NextHealth PHL: ¿Por qué las personas se rebelan contra el distanciamiento social y otras reglas diseñadas para mantenerlas a salvo de la propagación del coronavirus?
Bhanot: Una fuerza impulsora aquí es que la gente está tratando de hacerlo sentir normal argumentando que lo que ocurre y las medidas adoptadas son exageradas. Este realmente es un método para calmarse o tratar de convencerse que esto no puede ser tan serio.
Por otra parte, este tipo de reacción está psicológicamente integrada en nosotros. Una vez que la libertad está limitada hasta cierto punto, especialmente por una fuerza externa, tendemos a confrontarlo e ir en contra de eso. Eso es lo que un psicólogo llamaría “reacción del sistema uno” (system 1). Nuestra respuesta inmediata es ir en una dirección completamente diferente de lo que me están diciendo que haga porque sentimos que están tratando de poner grilletes a nuestra libertad. Entonces, respondemos a eso esforzándonos para mostrarles que todavía tenemos esa libertad.
Asimismo, resulta atractivo ser visto como un rebelde. Tendemos a pensar en la rebeldía como algo bueno, incluso algunos la consideran como una virtud, especialmente los jóvenes en las escuelas. Luchar contra la autoridad se considera genial, aunque no lo es.
Cuando piensas en la mayoría de las personas en las que confías en quién piensas? Se te vienen a la mente tus amigos, tu familia y tus contactos inmediatos. Afuera de esto y generando mucha desconfianza está el gobierno, ya sea local o nacional. Esto se complementa con una cultura anti-expertos en la que la gente simplemente ya dejó de confiar en los expertos, más aún cuando los resultados de la gestión son negativos luego de haber esta en cuarentena por casi 5 meses. Las personas confían en sus vecinos y en mayor medida en sus amigos.
Tomando lo anterior lo recomendable sería encontrar vías para comunicarse directamente con los amigos y familiares sobre el distanciamiento social, sugiriendo actividades grupales como ver películas juntos en una plataforma virtual llámese zoom o teams; esto no solo es algo bueno para lograr la conexión social y paliar los sentimientos de aislamiento, sino que también comunica el mensaje de quedarse en casa, incorporar la seriedad del distanciamiento social difundiendo la norma social de una manera más sutil.
Al principio de la pandemia, hemos visto a líderes en el mundo rechazar algunas de las restricciones recomendadas, teniendo a presidentes y autoridades contagiadas, pero ¿qué está impulsando este tipo de comportamiento? Hay varias cosas en juego aquí. Una es que hay una compensación entre no querer causar pánico y querer que la gente haga lo correcto porque si nos asustamos colectivamente, surgen otras malas consecuencias . Esa es la lectura más generosa de lo que está sucediendo. Sin embargo, no creo que sea útil porque la gente no necesita – y esto es importante – mensajes ambiguos.
Se suma a lo anterior, el deseo de las personas de ser vistos como fuertes o duros cuando lo que se supone que debemos hacer es refugiarnos en un lugar. Eso no parece una reacción dura a una amenaza, cierto?. Cuando piensas en los dos caminos, de si luchar o huír, el hecho de aislarnos es una especie de respuesta de huida, ¿verdad?. Al aislarnos, puede parecer que lo estamos haciendo porque le tenemos miedo al virus. Ese es probablemente el proceso de pensamiento psicológico que tienen algunas personas. Ciertamente, ha sido frustrante escuchar y ver comentarios que promueven esta noción de que “vamos a pelear un batalla”, como si esto fuera una guerra, cuando en realidad no es una guerra, es un virus, una entidad biológica, y no podemos omitir el hecho que nos genere aflixión individual y colectiva.
Parte de nuestra biología humana básica está el enfoque del “tipo duro”, todos somos vulnerables a ella. He notado que muchos líderes masculinos son un poco machistas acerca de esto, y los hombres lo tratan casi como una amenaza terrorista incluso, pero esto no es algo que vaya relacionado o se solucione siendo un “tipo duro”.
Tenemos que hacer que hacer lo correcto sea genial, como lograr que personas prominentes traten de traer un poco de alegría, atención y diversión a nuestras acciones del día a día. Las personas conocidas, artistas, líderes de opinión o celebridades pueden publicar videos divertidos sobre cómo lavarse las manos para mostrar que todos estamos en casa. Presentar esto como la norma social vigente y algo que es genial y divertido hacer. Esta sería una forma de decir: “Estamos todos juntos en esto”. Eso realmente ayuda a cambiar el enfoque e historia.
También hay muchas investigaciones que sugieren que tener un discurso concreto es realmente importante. Incluso algunos de los mensajes comunicados por las autoridades como “mantén la distancia con los demás”, no son muy concretos. Es posible que la gente no sepa si eso significa 100 metros o 2 metros. Puede parecer redundante, pero se debe dar a las personas instrucciones concretas y claras sobre lo que es aceptable y lo que no es aceptable. Enviar mensajes como los 2 metros de distancia o 20 segundos de lavado de manos puede ayudar. Pero necesitamos , mucho más de este tipo de campañas de comunicación, y necesitamos que nuestros líderes locales y centrales lo aprecien y promuevan. Esta es una deuda en comunicación del gobierno e incluso de los mismos gestores de empresas.
Finalmente, también se debe encontrar una manera de confrontar a quienes te rodean para promover un comportamiento apropiado. Acercarse a las personas con amenazas de agresión, multas, o castigo físico inmediatamente justificarán su comportamiento e incluso pueden inclinarse más hacia el comportamiento que no se desea. Es echarle leña al fuego en lugar de apagarlo. Se debe encontrar una manera de tender puentes con la población reticente con un mensaje que vaya por el tono del : “entiendo qué te pasa” o “sé que esto es muy difícil, pero estamos juntos en esto, déjame ayudarte”. Hoy, encontrar la forma correcta de comunicarse de manera empática es realmente importante.
Fuente: phillymag.com
Adaptación y traducción: IMA GO!
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