Todos quieren tener éxito con sus empresas y/o con el lanzamiento de sus productos o servicios, pero lamentablemente no todos lo consiguen. Las estadísticas dicen que, más o menos, el 90% de las empresas no superan los 5 años de vida.
¿Por qué sucede esto? Evidentemente no es fácil acertar en los negocios. Unas veces falla el contenido del producto o servicio, en otras ocasiones falla la percepción o presentación del mismo, en otras la comunicación del mismo, etc. En general, hay grandes ideas entre la gente, pero lo importante es la ejecución de las mismas. Y esto no es nada fácil y depende de muchos factores.
¿Es mejor planificar más lentamente y hacer muchos estudios antes de lanzar o, por otro lado, es mejor sacar versiones rápidas e ir testeando y perfeccionando rápidamente?
Por experiencia, la táctica cada vez importa más que la estrategia. El “para ayer” y los resultados demanda ser ágiles, ya que el entorno se ha vuelto muy competitivo y disruptivo. Elegir el camino del ensayo-error-corrección lleva al inevitable perfeccionamiento, escenario donde cada vez se equivoca menos y se alcanzan los objetivos con mayor rapidez. En ocasiones se cometerán errores al esperar el momento perfecto y, a veces, se tomará el momento para ir haciéndolo perfecto via la curva de aprendizaje que da el paso del tiempo. Ojo, la apuesta es que este tiempo sea siempre corto.
Primero, piensa un modelo de negocio y reflexiona en todas las objeciones:
- ¿Resuelve una necesidad?
- ¿La gente estaría dispuesta a pagar dinero?
- ¿Está en un mercado competido?
- ¿Cuál es la percepción que quiero dejar?
- ¿Dónde está mi público objetivo?
- ¿Dispongo de recursos para llegar a él? , etc.
Hazte todas las preguntas posibles, recopila la información y ve dándole forma con un nuevo producto o servicio.
Segundo, crea una versión del producto o servicio con el objetivo de que sea mínimo viable. Quizás te falte tiempo para perfeccionar el contenido o la estética o para pensar en la captación, pero apuesta por hacerlo rápido y luego recoge todo el feedback con las posibles carencias. En función de ello, crea una versión mejorada y así sucesivamente.
Tercero, ve perfeccionando hasta que creas que has alcanzado una versión del producto que cumpla su función resolviendo un problema y que la gente esté dispuesta a dejar su dinero en él. Y sigue perfeccionando. Todo cambia constantemente. Hasta los pequeños detalles. Falla rápido y barato. Y mide las reacciones y sigue perfeccionando. La clave está en equivocarse cada vez menos.
Nunca vas a tener la versión perfecta a la primera. Ni las grandes empresas de éxito lo han conseguido. Aunque hayan tenido un primer lanzamiento exitoso, detrás hay muchas horas y fases de prueba y error a nivel interno.
Además, no olvides tampoco que la tecnología ha cambiado los comportamientos socioeconómicos y ha acelerado los procesos e innovación. Quedarse atrás puede ser simplemente una cuestión de rapidez estratégica. De hecho, cada vez hay más táctica y menos estrategia. Los Planes de Negocios a un año vista ya son mucho tiempo. Recomendación: la mejor opción es fallar rápido y barato, medir, aprender y perfeccionar. Así, las probabilidades de éxito se pueden ir incrementando y alcances tus objetivos marcados. Pero antes que cualquier táctica, debemos derribar la barrera del temor al error, no solo a nivel individual sino organizacional.